Cada una de tus palabras tiene poder, para construir o destruir algo, ya bien sea en tu vida o en la de otra persona; tienen la capacidad de permanecer durante años en tu mente y volverse fortalezas difíciles de quebrantar; pueden ser tu fuente de energía para levantarte a diario, sonreír y confiar que todo estará bien, o pueden ser la razón que te hace temer salir a la calle, incluso por tomar el transporte a tu lugar de trabajo o estudio, porque crees que en cualquier momento te pasará algo malo.
Crecimos con la idea en la cabeza, de que las palabras son insignificantes, que no son hechos y por esto, debemos ignorarlas, pero sentimos por dentro que algo cada vez más grande se forma y que poco a poco, perdemos el control de nuestra visión porque todo se torna nublado.
A causa de esto, de manera constante, hablamos con ira, cuando estamos llenos de emociones es común decir cosas “sin pensar” y herir a otros, de igual manera como lo hacen con nosotros; pero de la misma manera en que las palabras generan cosas dolorosas, al recibir un buen consejo, o la expresión de amor de un ser querido, genera cosas tan maravillosas, que sentimos motivación y que hay esperanza aún, que las cosas buenas no han terminado, así podemos ver, que lo que decimos, si tiene un gran peso sobre nuestras vidas, tanto en la razón como en la inconsciencia.
El uso adecuado para cada herramienta
Como seres humanos, es normal que nos enfoquemos en el deseo de sobresalir, vemos que otros lo logran, tienen cualidades y personalidades fuertes, estas los han ayudado a escalar sobre las cimas complicadas; pero cuando te ves a ti, no encuentras cualidades, ni la capacidad para caminar sobre montañas, piensas que te vas a caer, que llegarás a medio camino.
Sin embargo, hay una sola diferencia entre esa persona a la que admiras y tú, que la primera se dice cosas que le ayudan a potenciar sus destrezas, porque ya rompió los paradigmas que le decían en su mente que no era capaz; en su lugar, tú te dices cosas que te mantienen en tu zona de confort por miedo al fracaso; es allí donde la relevancia de las palabras toma un papel determinante, porque si dejas de declarar lo negativo y empiezas a cambiar tus argumentos, por palabras de bien, que te enfocan en tus facultades, verás resultados diferentes.
Las palabras y la reacción del cuerpo
Se han realizado estudios alrededor del tema de “las palabras” y hay algunas cosas muy interesantes que he encontrado para ti; en el artículo El poder de nuestras palabras de Evelin Bruno, se toca un tema fundamental en la relación con el cuerpo y la mente, con el uso de las palabras, dice que: el sistema límbico (que es nuestro sistema de alarma) esta propenso a todo lo que le dices, que si hablas de algo que te genera miedo, tu cuerpo va a estremecerse, al igual que si hablas de algo positivo, tu cuerpo va reaccionar con emociones agradables
De hecho, menciona a las personas que se dicen a sí mismas, que el fuego no las quemara y caminan sobre brasas ardiendo, los cuerpos de estas personas bajan su temperatura y no sufren quemaduras; así tenemos una evidencia sólida de que lo que le decimos a nuestra mente, es lo que se va a creer.
Tu salud también se ve afectada por las cosas que dices, en el artículo El poder curativo de las palabras de Ana Carolina Gonzales, se sustenta sobre la opinión médica, cómo el rencor o el resentimiento, aumentan tus niveles de adrenalina y cortisol y disminuyen tu actividad inmunológica. Es decir, que eres propenso a más enfermedades, al contrario, de si te mantuvieras al margen de palabras duras y desgastantes; con mi Taller Fluyendo ante la vida y Terapia de Desbloqueo, aprenderás a cómo usar las palabras para que tu vida cambie y se ilumine, tan solo con declaraciones poderosas que tu mente aceptará.
Palabras que vivifican
Así que, ya sabes, tienes todas las habilidades y recursos para sacar a esa persona fuerte que está en ti, con la que puedes subir todos los valles que antes te atemorizaban, porque tendrás la determinación y seguridad, de que todo estará bien; puedes elegir tus sueños, cambiar tu rostro frente a la adversidad, estimular sensaciones que te limpian el corazón y mente para estar equilibrado o equilibrada; puesto que ya sabes, que tus palabras tienen un poder gigantesco, con ellas te puedes crear respuestas para lo que sea que vivas, sustentarte sobre la seguridad de que lo que dices, puede ser hecho realidad
No olvides, cómo las palabras también podrían llegar a desatar enfermedad, como una respuesta de tu cuerpo o te podrían limitar; usa este poderoso recurso para alcanzar tu bienestar y el de las personas que te rodean, así tu contexto te lo agradecerá. Recuerda que las palabras tienen fuerza y lo que dices, se vuelve realidad.
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